Jorge Abello, el recordado Don Armando de “Yo soy Betty, la fea”, siempre recuerda con cariño cada una de las experiencias que vivió durante el rodaje de esta telenovela, que se estrenó hace más de 20 años en Colombia pero que sigue siendo una de las favoritas del público.
Ahora, en uno de los más recientes videos publicados en su canal de YouTube, el emblemático actor recordó la escena del primer desfile de Ecomoda al que asistió Betty, en el cual apareció en plena pasarela buscando a su jefe para darle una carta de colores que le había pedido.
“Don Armando” cuenta cómo se grabó la escena del desfile en “Yo soy Betty, la fea”
“Es una escena que a mí me gusta muchísimo porque es una escena donde estaban pasando demasiadas cosas en nuestra vida. Es una escena que se demoró en grabarse porque estaba pasando algo y es que las primeras modelos que tuvimos pues no gustaron, había muy poco presupuesto para escoger top models”, contó el actor de 53 años de edad.
Prosiguió diciendo: “Eso fue muy grave porque resulta que tenía que haber un contraste muy muy grande entre Betty y el mundo en el cual estaba comenzando a entrar, que era el mundo de la moda y el contraste tenía que ser evidente a través de la belleza de estas top models”.
El actor resumió que las primeras chicas que se contrataron eran “normales” y que no generaban un contraste demasiado marcado con respecto a Betty, que era justamente lo que querían lograr.
Tiempo después consiguieron a las modelos adecuadas y entonces, llegó el día de la grabación final: el actor reconoció que fue un día largo y eterno, de más de 18 horas de grabación. “Fue terrible, estábamos agotados, cansados (...) Betty va por la carta de colores, ya Armando se había olvidado que la había pedido (...)”.
En esa escena, Don Armando aparece exasperado por las imprudencias de Betty, pero en el video confesó que esa molestia que mostró en el video era completamente real, ya que tenía ciertos roces con el director de escena de la telenovela.
“Ya cuando hicimos la escena y llega Betty hacia mí (...) pues yo estaba desesperado también porque el tiempo pasaba y pasaba y no terminábamos, así que cuando Betty llega con la cartilla de colores yo estaba furioso de verdad (...) y Mario (el director) empezó a entender que cuando yo hago que Jorge Enrique esté molesto de verdad, sale de verdad y hacía todo lo posible, de la mejor voluntad del mundo, de llevarme a ese estado (...) porque descubrió que mi furia le servía para el personaje”.
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