Fue como una premonición. El miércoles pasado, en el relajado campeonato de “Par 3″ que sirve para entretener al público previo al Masters, la pequeña Poppy McIlroy de 4 años, embocó un largo putt en el hoyo 9 generando una emocionada celebración de su padre. Cinco días después, con un putt mucho más corto, Rory McIlroy celebró al final su primer título en el Augusta National Golf Club.
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De esta manera, el golfista norirlandés completó su propio Grand Slam con los triunfos en el US Open (2011), PGA Champioship (2012 y 2014), British Open (2014) y ahora el Masters, a sus 35 años y 11 después de su último major.
McIlroy se unió así a Gene Sarazen, Ben Hoga, Gary Player, Jack Nicklaus y Tiger Woods como los únicos jugadores de la historia en haber completado el Grand Slam del golf.
¿Cómo logró McIlroy su triunfo en el Masters?
El triunfo de McIlroy fue una montaña rusa de emociones ya que convirtió un posible colapso de proporciones en su actuación más grandiosa de todas.
Apenas en el primer hoyo de la cuarta ronda hizo un doble bogey y perdió la ventaja con la que comenzó la jornada del domingo. Pero se recuperó con birdie-birdie en los hoyos 3 y 4.
Nuevamente pareció flaquear cuando se fue al arroyó en el approach del hoyo 13 y anotó otro doble bogey. De ahí hizo bogey en el 14, pero con gran talento y fortaleza mental se repuso con birdies en el 15 y otro en el 17 con un gran segundo tiro.
Llegó al hoyo 18, el último, con un golpe de ventaja pero un bunker y los nervios en un putt de mediana dificultad lo dejaron empatado con Justin Rose en el tablero final (ambos 11 bajo el par), por lo que fue necesario jugar el playoffs con el inglés.
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Rose también buscaba ganar en Augusta por primera vez.
De vuelta al 18 para el desempate, McIlroy demostró gran fuerza mental y jugó perfecto: gran salida con su drive y luego con un wedge dejó la pelota a poco más de un metro de la bandera (4 pies), para de ahí embocar el corto putt que le permitió al fin ganar el Masters y ocupar su lugar en la historia del golf como el sexto jugador en lograr el Grand Slam.
Ahí McIlroy dejó soltar todas sus emociones llorando de rodillas sobre el green.
“Empecé a preguntarme si alguna vez sería mi momento”, dijo McIlroy en la Cabaña Butler antes de que Scottie Scheffler lo ayudara a ponerse la chaqueta verde que distingue a todos los campeones del Masters de Augusta.