WASHINGTON (AP) — Hace siete años, cuando una candidatura conjunta de Estados Unidos, Canadá y México fue premiada con la sede del Mundial de Fútbol 2026 de la FIFA, las divisiones creadas por los aranceles —sí, también en aquel entonces— y una propuesta de muro fronterizo pasaron inadvertidas por alto debido a las alianzas políticas y económicas de larga data entre los vecinos.
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Carlos Cordeiro, entonces presidente de la Federación de Estados Unidos de fútbol, articuló que “la unidad de las tres naciones” era el tema predominante. “Un mensaje poderoso”, lo llamó.
¿Hay problemas en la organización del Mundial 2026 de la FIFA?
Bueno, aquí estamos ahora, con la máxima cita del fútbol en América del Norte dentro de aproximadamente 15 meses, y el presidente Donald Trump de nuevo en el cargo, incitando guerras comerciales entre los vecinos, por no mencionar a nivel mundial, al imponer aranceles que vienen, luego van, luego regresan, con más promesas, incluyendo lo que el mandatario republicano llama “aranceles recíprocos” a partir del miércoles 2 de abril.
Es difícil saber cómo, exactamente, las actuales fisuras geopolíticas, que se hacen aún más evidentes cada vez que Trump o aquellos en su administración hablan provocativamente sobre hacer de Canadá “el estado 51″, podrían afectar el Mundial, su organización y coordinación, los planes de viaje de los aficionados y más.
“Creo que lo hará más emocionante”, fue la opinión de Trump durante una aparición en la Oficina Oval con el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, el mes pasado. “La tensión es algo bueno”.
¿Vendrá los hinchas a la Copa del Mundo 2026 y a los Juegos Olímpicos 2028?
Dado que Estados Unidos también se está preparando para recibir a los aficionados para la Copa Mundial de Clubes de la FIFA en junio, la Copa Ryder de golf en septiembre y los Juegos Olímpicos de Los Ángeles en 2028, la pregunta se convierte en: ¿Quiere el mundo venir a Estados Unidos?
Y, teniendo en cuenta las políticas fronterizas y visados de Trump, ¿podrá el mundo hacerlo?
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Alan Rothenberg, quien estuvo al frente del comité organizador de la Copa del Mundo de 1994 y supervisó con éxito la candidatura para albergar la Copa Mundial Femenina de 1999 como entonces presidente de la Federación de Estados Unidos, cree que las respuestas a esas preguntas son “sí”.
Al señalar inquietudes sobre los dos últimos mundiales, en Rusia en 2018 y Qatar en 2022, indicó que aún así atrajeron totales de asistencia superiores a 3 millones cada uno.
“La gente ama a Estados Unidos en todo el mundo; francamente, no tendríamos el problema de inmigración que estamos enfrentando si no fuera así, así que mucho de esto es de gobierno a gobierno”, dijo Rothenberg. “Un aficionado apasionado del fútbol no se detendrá por eso”.
No cree que una de las naciones anfitrionas se retire de la Copa del Mundo,o que otros países puedan boicotear, como sucedió en los Juegos Olímpicos de Verano de 1976, 1980 y 1984.
“Además, desde un punto de vista organizativo, si Canadá o México se retiraran” de la Copa del Mundo, dijo, “Estados Unidos se encargará de los partidos en un abrir y cerrar de ojos”.
La FIFA, el organismo rector del fútbol, no respondió a las solicitudes de comentarios de The Associated Press, pero Infantino nunca ha ocultado su admiración por Trump, lo que a menudo demuestra a través de las redes sociales. Se han reunido al menos cinco veces desde las elecciones en Estados Unidos en noviembre.
¿Afectarán los aranceles y otras políticas de Trump el Mundial de Fútbol?
Gabriela Cuevas, quien representa al gobierno de México ante la FIFA, dijo que considera los aranceles y el evento de fútbol son “asuntos separados”, y agregó que cree que “el Mundial podría ser una vía para entablar una conversación”.
Los observadores tienden a estar de acuerdo, diciendo que la logística, como la cooperación en seguridad o el transporte de equipos de ciudad a ciudad o de país a país, no debería verse obstaculizada cuando se trata del Mundial, programado para llevarse a cabo en 16 ciudades de Estados Unidos, Canadá y México del 11 de junio al 19 de julio de 2026.
Sin embargo, las fronteras podrían convertirse en un problema.
“Lo principal que la FIFA necesita mover para este evento no son piezas de automóviles, ni trigo, ni electricidad. Son personas. Esa es tu verdadera preocupación”, dijo Victor Matheson, profesor de economía en el College of the Holy Cross en Worcester, Massachusetts. “Lo que antes eran cruces fronterizos bastante razonables podría volverse mucho más desafiante, simplemente porque ambos lados aumentan su nivel de inspecciones y Estados Unidos, en particular, reduce los servicios gubernamentales que permiten a las personas moverse eficazmente entre países”, agregó.
En cuanto a los aficionados, Germán Camacho Pacheco, un empresario mexicano de 29 años, dijo que “el fútbol es religión” en su país, por lo que cuando se trata del Mundial, “no creo que les importe los aranceles”.
Nueva presidenta del COI confía en Trump
La semana pasada, cuando Kirsty Coventry fue elegida presidenta del Comité Olímpico Internacional, convirtiéndose en la primera mujer en esa posición, se le preguntó cómo trabajaría con Trump y qué les diría a los atletas sobre viajar a Estados Unidos para los próximos Juegos.
“He estado lidiando con, digamos, hombres difíciles, en posiciones altas desde que tenía 20 años”, dijo Coventry con una sonrisa, “y ante todo, lo que he aprendido es que la comunicación será clave. Eso es algo que sucederá desde el principio. Y mi firme creencia es que el presidente Trump es un gran amante del deporte. Querrá que estos Juegos sean significativos. Querrá que sean un éxito”.
Refiriéndose a las preocupaciones sobre si la administración podría negar visas a algunos atletas, agregó: “No nos desviaremos de nuestros valores... de solidaridad para asegurar que cada atleta que califique para los Juegos Olímpicos tenga la posibilidad de asistir a los Juegos Olímpicos y estar seguro durante los Juegos Olímpicos”.
A diferencia de la buena relación con Infantino, Trump tuvo una relación tensa con el ex presidente del COI, Thomas Bach, lo que también representa un nuevo desafío para Kirsty Coventry.