Hace más de cuatro décadas, Donald Trump, quien en ese entonces tenía 38 años, vio una oportunidad comercial y decidió comprar a los New Jersey Generals de la naciente United States Football League (USFL), una liga creada para colgarse de los éxitos de la NFL.
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La USFL había sido fundada en 1983 con 12 equipos y una estrategia clara: organizar su campeonato entre marzo y julio, evitando enfrentarse a la NFL, cuya temporada se jugaba en otoño. La liga tuvo un comienzo prometedor, logrando buenos niveles de audiencia gracias a sus innovaciones como la conversión de dos puntos, el uso de desafíos arbitrales (fueron la primera competencia del mundo en tener VAR) y un estilo de juego más ofensivo.
Además, contrataron a jugadores destacados como Herschel Walker, quien llegó a los New Jersey Generals con el Trofeo Heisman en mano, rechazando una carrera inmediata en la NFL.
Un conflicto interno y la caída de la liga
Trump se convirtió rápidamente en una figura polémica dentro de la liga, ya que quería enfrentarse directamente a la NFL, aspirando a una fusión, como la que había ocurrido en la década de los 60 con la AFL.
John Bassett, propietario de los Tampa Bay Bandits y uno de los principales defensores de la idea de mantener la temporada en primavera, se opuso a los planes del magnate neoyorquino. Sin embargo, Bassett fue diagnosticado con cáncer, lo que debilitó su influencia dentro de la liga. Ante la falta de oposición firme, Trump convenció a los dueños de los equipos de trasladar la temporada al otoño, pensando ilusamente en pelearle el reinado a la NFL.
El cambio de calendario fue un golpe fatal para la USFL. Además, Trump impulsó el aumento en los gastos salariales, llevando a los equipos a ofrecer contratos millonarios para atraer a jugadores de la NFL, lo que provocó una crisis económica dentro de la liga.
Para empeorar la situación, Trump los convenció de presentar una demanda contra la NFL por monopolio, exigiendo 1,3 mil millones de dólares en compensación. Aunque un tribunal falló a favor de la USFL, solo se otorgaron 3 dólares en daños (sí, leyó bien, tres dólares). Este resultado fue devastador para la liga, que ya enfrentaba la pérdida de contratos televisivos y el abandono de varios equipos debido a las deudas acumuladas. En 1986, la USFL suspendió su temporada, y poco después, tanto la liga como sus equipos desaparecieron.
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¿Quién mató a la USFL?
Desde entonces, el paso de Trump por la USFL ha sido objeto de múltiples investigaciones periodísticas, como el documental de ESPN “Small Potatoes: ¿Quién mató a la USFL?”, parte de la serie 30 for 30. El título hace referencia a un comentario despectivo de Trump hacia la liga, calificándola de insignificante.
El documental señala al empresario como uno de los principales responsables del colapso de la USFL, acusándolo de usar el equipo y la liga como plataformas para ganar atención mediática en Nueva York y, posiblemente, buscar su entrada en la NFL a través de una fusión. En el reportaje, Keith Jackson, comentarista de la cadena ABC, afirmó: “Él fue una figura muy dinámica, pero dinámica para los intereses de Donald Trump y no de la liga”.
En un reportaje de la BBC, el relator Charley Steiner hizo una particular comparación: “¿Quién manejaba el carro en ‘Thelma y Louise’? En el caso de la USFL, Donald Trump era Thelma y los otros dueños de las franquicias eran Louise”, en relación al famoso final de la película protagonizada por Susan Sarandon y Geena Davis.
Un fracaso que marcó la relación de Trump con el deporte
A pesar de su notoriedad en el mundo de los negocios, Donald Trump nunca volvió a liderar ningún equipo deportivo de forma directa, salvo un intento fallido por adquirir a los Buffalo Bills de la NFL hace 10 años.
Hace unos meses, el famoso comentarista Stephen A. Smith, dijo que a Trump se le ocurrió ser presidente de Estados Unidos como una venganza contra la NFL por bloquearle, según él, la compra de los Bills.
El equipo de Buffalo fue vendido a Terrence Pegula en octubre de 2014 y Trump anunció que se presentaría a las primarias presidenciales de los republicanos en junio de 2015.