Chile marcó nuevamente su nombre en la historia del deporte olímpico este domingo, gracias a la medalla de oro que consiguió Francisca Crovetto en el tiro skeet en los Juegos Olímpicos de París 2024, en una final muy reñida con la británica Amber Rutter, que tuvo que definirse en un doble desempate.
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En los dos tiros finales, la británica reclamó que le había pegado a un plato marcado como erróneo, pero los árbitros confirmaron su fallo y los siguientes dos aciertos permitieron que Crovetto se convirtiera en la primera mujer chilena en lograr un título olímpico.
Medios británicos, como el Daily Mail, argumentaron que la revisión de las imágenes le daban la razón a Rutter.
El gran logro de Amber Rutter
Pese a la controversia, la británica se mostró contenta con su medalla de plata de los Juegos de París y incluso posó para las fotos con su mayor seguidor: su pequeño hijo Tommy, a quien dio a luz hace solo tres meses y medio.
El esposo de Rutter, James, se encargó de llevar a cabo la sorpresa para que la deportista pudiera celebrar con su familia. “No sabía que iban a venir”, confesó la británica en televisión. “Sé que Tommy puede que no recuerde este momento pero yo si lo haré así que estoy muy agradecida de que hayan tomado este viaje”.
La deportista de 26 años, que se mantuvo entrenando hasta sus primeras 28 semanas de embarazo para poder asistir a su cita en París de la manera más apta posible, venia de haberse perdido Tokio 2020 a causa del covid.
Rutter es una de las deportistas más condecoradas de Gran Bretaña en esta disciplina, con dos oros en los Mundiales y uno en el Campeonato Europeo.
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¿Cómo fue el desempate por el oro?
En el desempate por el oro con la chilena Francisca Crovetto, los árbitros invalidaron el tercer disparo de Rutter al no contactar con la pastilla. Sin embargo, en las repeticiones de televisión parecía verse que sí pudo haber golpeado los dos platos. Pero los jueces no disponen de una revisión tipo VAR y no pudieron revocar su decisión.
Una situación similar reclamó la chilena y de igual forma fue desestimado por los jueces.
La chilena aprovechó la coyuntura y no falló para asegurarse el oro, consiguiendo el primero para una mujer de su país en toda la historia y la primera medalla (independientemente del color) para una mujer chilena desde Melbourne 1956.