Estaba indicado en los pronósticos meteorológicos, pero nadie esperaba que la lluvia se convirtiera de esa manera en el convidado de piedra de la Ceremonia de Inauguración de los Juegos Olímpicos de París, que se realizó durante la tarde y noche de este viernes, y que tuvo como gran novedad el desfile de las delegaciones en barcos que recorrieron el río Sena desde el Puente de Austerlitz hasta Trocadero, donde está la Torre Eiffel.
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Las primeras delegaciones, que aparecen en orden de abecedario según la lengua del país local, tuvieron que soportar una lluvia leve, pero las que desfilaron en la parte final sufrieron con un verdadero aguacero.
A ese suma el desfile no fue constante, ya que en algunos momentos se interrumpía para resaltar algunos de los tantos show artísticos que marcaron dos tercios de la Ceremonia.
Los trajes se mojaron y apenas se lucieron
Como estaban en París, la capital de la moda, la gran mayoría de las delegaciones se esmeró en tener trajes para el desfile a la altura de la circunstancia.
Sin embargo, muchos de ellos se estropearon con la lluvia o apenas se vieron producto de los paraguas y capas que los deportistas, como los de Japón, usaron para evitar mojarse en el desfile que demoró 40 minutos por bote y abarcó seis kilómetros.
Aunque la mayoría de las embarcaciones tenía dos niveles, a los deportistas casi siempre se les vio en cubierta.
La lluvia también pareció complicar a la embarcación de leyendas, en una lancha de mayor velocidad, donde estaban Rafael Nadal, Serena Williams, Nadia Comaneci y Carl Lewis, y que transportaron de regreso la llama desde Trocadero hasta el Louvre para la etapa final de la Ceremonia.
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¿Hay riesgos de resfrío?
La mayoría de los deportistas se mojó en una tarde-noche que tuvo una temperatura primaveral de unos 22°C, lo que obviamente aumenta el riesgo de resfrío. Muchos de estos deportistas ya están en competencia, como los del fútbol, y otros ya debutan mañana mismo.
Por lo mismo, luego del paseo en barco, muchos de ellos se devolvieron a la Villa Olímpica inmediatamente y no se quedaron en Trocadero para los discursos, los juramentos, el izado de la bandera olímpica y la apertura oficial de los Juegos de la XXXIII Olimpiada.
De hecho, cuando Zinedine Zidane comenzó el último relevo con la llama olímpica y se la entregó a Rafa Nadal, solo había unas cuentas decenas de deportistas de los miles que fueron parte del desfile. La delegación chilena, por ejemplo, fue una de las que se devolvió completa a la Villa Olímpica.
