PARÍS (AP) — Nueva Zelanda aplastó el viernes 44-6 a Argentina, para clasificarse a su quinta final de un Mundial de rugby en forma consecutiva, un récord.
Los All Blacks buscarán otra marca, con un cuarto cetro, ante Sudáfrica, la campeona defensora, o Inglaterra, que se enfrentan este sábado en la otra semifinal.
De cara al duelo ante los Pumas, había una interrogante acerca de si los neozelandeses podrían igualar el esfuerzo físico y mental que realizaron para derrotar a Irlanda el fin de semana pasado. No demoraron mucho en mostrar que estaban listos para la semifinal, que comenzaron como claros favoritos.
En cambio, los pronósticos no los favorecían en su duelo de cuartos de final.
“Estoy increíblemente orgulloso por la forma en que hemos respondido esta noche”, dijo el entrenador Ian Foster. “Es realmente satisfactorio, pero ahora viene toda la presión de la final”.
Los All Blacks apabullaron a Argentina con su fuerza y ritmo. En los scrums, hicieron que los Pumas retrocedieran.
Pero la defensiva fue quizá lo que más impresionó de Nueva Zelanda, tal como ocurrió el fin de semana pasado ante Irlanda. Finalizó con 195 derribos, de los que 121 llegaron en la primera mitad, cuando fallaron sólo 10.
Ello fatigó a los Pumas, que lucharon pero estaban prácticamente derrotados para el descanso, con una desventaja de 20-6.
“Nuestros delanteros hicieron un trabajo sobresaliente... ejercieron presión constante sobre los argentinos”, dijo el capitán neozelandés Sam Cane. “Sabíamos que somos un equipo que peleará por todo y que no rehuirá los retos. Esa capacidad de seguir haciendo puntos fue satisfactoria”.
En la segunda mitad, el duelo se abrió más y los All Blacks se mostraron implacables. Insistieron en los ataques y golpearon a los Pumas hasta dejarlos extenuados.
Ganaban por 39-6 de cara al último cuarto, en el que añadieron sólo el tercer try de Will Jordan.
Jordan pudo haber conseguido un cuarto try en el partido, pero Richie Mo'unga prefirió buscarlo por su cuenta, sin éxito.