La estrella de la gimnasia ganó el domingo por la noche su octavo Campeonato de Estados Unidos, 10 años después de que llegara a la cima de su deporte como una adolescente prodigio.
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Biles, de 26 años y recién casada, considerada quizás la mejor gimnasta de todos los tiempos, logró un total de 118.40 puntos en la competencia de dos días, cuatro más que la segunda clasificada, Shilese Jones. La júnior de Florida, Leanne Wong, fue tercera, lo que aumenta sus posibilidades de formar parte por tercera vez consecutiva del equipo campeón del mundo.
Un regreso glorioso
Biles tiene casi asegurado el regreso al gimnasio donde conquistó su primer título mundial en 2013. En el transcurso de dos noches eléctricas en el SAP Center, Biles dejó claro que, incluso después de una pausa de dos años tras los Juegos Olímpicos de Tokio, sigue siendo la mejor de todos los tiempos.
“No pienso en los números”, dijo Biles. “Pienso en mi rendimiento. Y creo que, en general, he acertado 8 de 8. Supongo que es un número de la suerte este año”.
Esta especialidad ha recorrido un largo camino en el último siglo. Nadie ha pasado más tiempo en el tope que Biles, quien lleva 10 años utilizando su singular talento para superar los límites en más de un sentido.
No se supone que uno dure tanto tiempo en la cima. La mayoría de los gimnastas de élite a los 26 años –al menos los que no se han retirado– esperan simplemente aferrarse a lo que ya tienen.
Objetivos claros
Biles no está interesada en eso. Nunca le ha interesado. La repetición la aburre. Insiste en que esta vez lo hace “por ella”, y su enfoque distinto ofrece pruebas tangibles de que no miente.
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En lugar de dejar que el mundo se entere de su camino hacia sus terceras Olimpiadas, ha mantenido la mayor parte de su entrenamiento en secreto, más interesada en compartir detalles de su vida lejos del gimnasio.
“Me gusta que [mis objetivos] sean personales, para saber a qué aspiro”, afirmó Biles. “Creo que es mejor así. Este año estoy intentando moverme de forma un poco diferente a como lo había hecho en el pasado. Creo que de momento está funcionando, así que voy a mantenerlo en secreto”.
Parece haber más equilibrio en su vida y se apoya el mantra de “es sólo gimnasia”, que inicialmente ayudó a impulsar su ascenso.
La edad no es su limite
La edad aún no la ha afectado, aunque el domingo apostó relativamente a lo seguro, según sus estándares. Se torció el tobillo derecho en el entrenamiento del sábado, lo que le impidió realizar el salto Yurchenko con doble pica, que había clavado casi a la perfección el viernes en la apertura de la competición.
El 14.850 que recibió por su salto de Cheng siguió siendo el más alto de la noche en la prueba. También lo fue el 14.8 de la viga. También los 15.400 que provocaron una gran ovación cuando terminó.