Octubre de 2013 significó una época gris para el futbolista argentino Jonás Gutiérrez, quien recibió la noticia de que tenía cáncer.
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Este padecimiento se derivó de un golpe que recibió en los testículos, situación que le dio un giro de 180 grados a su vida.
Durante cinco temporadas consecutivas, Jonás fue titular indiscutible en el Newcastle de Inglaterra. Incluso, su nivel lo ayudó a disputar la Copa del Mundo de Sudáfrica 2010.
Pero el cáncer le cambió la vida por completo; además, el conjunto inglés no lo ayudó del todo en este proceso, por lo que navegó un camino inestable, en el que pensar en la muerte era algo común.
“Hablaba muy bien inglés, pero no pude entender el momento en que el médico me decía la palabra ‘tumor’. Rompí a llorar, me fui a mi casa y estaba mi papá, que tampoco lo entendía. A nosotros, como jugadores, nos hacen ver como que somos superhéroes y uno lo empieza a creer. Entrenamientos todos los días, siempre con médicos, te metes en un mundo donde nunca parece que te va a tocar.
“Decidí ir a tratarme en Argentina. Me extirparon el testículo izquierdo, hicieron todo para que no apareciera metástasis y después la recuperación fue por la cirugía más que nada. Con la quimioterapia sientes que el cuerpo va acumulando mucho cansancio, entonces pasas mucho tiempo en la cama durmiendo. También empiezas a perder el pelo, que yo siempre lo tuve muy largo, las cejas, la barba; te inflamas por la medicación. Es algo distinto”.
— Jonás Gutiérrez, exjugador del Manchester United
El jugador venció a la enfermedad, que le hizo tener un rotundo cambio en su vida, pues después nada fue igual.
La afición de Newcastle lo olvidó, pese a que fue un referente, pero ese recelo quedó de lado, puesto que lo más importante era estar vivo.
Su último equipo como futbolista profesional fue el Almagro, institución con la que dijo adiós al deporte que le dio todo, hasta una batalla contra la muerte.