La noticia que más sorprendió a los aficionados, al final de la temporada pasada, fue que Tom Brady diría adiós de los emparrillados, un año después de cosechar su título número siete de la NFL.
PUBLICIDAD
Sin embargo, el mariscal de campo le puso un alto a ese adiós, y con su familia tomó la decisión de disputar una campaña más, en la que buscará acrecentar su legado, ganando un octavo anillo de campeonato.
Aún está fresco en la memoria de Tom el día que debutó en los emparrillados de la NFL, el 23 de septiembre de 2020.
Aquel el encuentro quedó marcado por la lesión de Drew Bledsoe, mariscal de campo titular de los Patriotas de Nueva Inglaterra.
El quarterback no pudo continuar en el partido, por lo que el entrenador echó mano de Brady, quien lucía muy diferente físicamente.
Tom era un chico que tenía muchas ganas de trascender. En su cuerpo no había tanto músculo y su cara mostraba la inexperiencia que tenía en un campo de NFL.
Aunque en ese partido Brady no pudo hacer mucho, quedó marcado para la eternidad, pues fue el día en donde comenzó la historia de la leyenda.
PUBLICIDAD
Siete días después, Tom tuvo su primer encuentro como titular, en el que fue demostrando, poco a poco, su capacidad.
El resto es historia, ya que el mariscal de campo es uno de los jugadores legendarios del campeonato, al obtener siete anillos, una marca difícil de alcanzar.
Brady disputará su última temporada este año, con los Bucaneros de Tampa Bay, equipo al que ya llevó a la gloria.
“Sentí que físicamente mi cuerpo todavía podía hacer un buen papel y, obviamente, tengo amor por el juego; siempre tendré amor por el fútbol americano. Creo que físicamente podré hacerlo. Sentí que todavía había un lugar para mí en el campo”.
— Tom Brady, mariscal de campo de los Bucaneros