Lionel Messi ha alcanzo múltiples récords en su carrera. De hecho, hace algunos días, el astro argentino sumó su séptimo Balón de Oro, lo que lo convierte en el único futbolista en llegar a esta cifra.
Es indiscutible que Leo pasará a la historia del balompié mundial como uno de los mejores atletas del orbe, por la cantidad de glorias que ha alcanzado.
Sin embargo, todo ese éxito no se compara con lo que Messi tiene en casa, pues ha formado una familia con su esposa Antonela Roccuzzo.
El astro sudamericano y su pareja tienen tres hijos, Thiago, Mateo y Ciro, quienes básicamente son lo más importante en la vida de “La Pulga”.
Existe una gran diferencia entre el Messi que está en el campo y el que tiene una vida alejada de la cancha.
De hecho, hay quienes aseveran que no tienen mucho en común esas dos personalidades de Leo.
Y es que, en su hogar, el atacante es un tipo más tranquilo, sereno y siempre atento a los detalles que pueda necesitar su familia.
Caso contrario al fenómeno que es en el terreno de juego, ya que en todo momento se quiere devorar la pelota y ser el héroe de la película.
Pero toda esa fama a veces agobia al futbolista, puesto que muchas veces le gustaría tener un día normal, en el que los aficionados y prensa no acechen su camino.
Humildad, ante todo
Aunque Leo es una de las figuras más representativas del balompié mundial, el delantero ha intentado no perder el piso, pues llegar a la cima del deporte fue un camino largo, en el que tuvo que picar piedra al principio.
Además, Messi cree que los valores que sus padres le incularon de niño han sido la clave de su éxito, por lo que se siente agradecido de haber recibido esa educación.