La carrera deportiva de Carlos Tévez está en pausa. Después de 20 años jugando en la élite del fútbol, el delantero argentino decidió dar un paso al costado, vistiendo la casaca de su amado Boca Juniors.
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Su trayectoria en el balompié es un ejemplo claro de superación, ya que los primeros años de vida no fueron tan sencillos.
Carlitos creció en un barrio popularmente conocido como “Fuerte Apache”, ubicado en el sector norte de la localidad de Ciudadela, una provincia de Buenos Aires.
Ahí, con tan sólo 10 meses de vida, afrontó su primer desafío como ser humano, cuando agua hirviendo le cayó en el rostro, lo que lo tuvo en terapia intensiva por casi dos meses.
Las consecuencias fueron graves, su cara y cuello le quedaron marcadas, con quemaduras que nunca se le borrarían de la piel.
Los padres fueron despojados de la patria potestad, por lo que quedó a cargo de sus tíos maternos, Adriana Martínez y Segundo Tévez.
Desde niño, “El Apache” fue un talentoso con la pelota, muchos en su barrio recuerdan las cascaritas que se armaban con él como protagonista.
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El barrio en el que creció era violento, al grado de que muchas veces los balazos no faltaron en los alrededores.
Incluso, en varias entrevistas Carlos ha aceptado que de no haberse acercado al fútbol su futuro habría sido incierto y tal vez turbio.
Con sus hermanos de sangre tiene poca relación, ya que algunos de ellos se metieron en problemas con la justicia.
Cuando tenía 17 años, el momento de Carlitos llegó y debutó en el primer equipo de Boca Juniors, todo bajo el mando de Carlos Bianchi, estratega que siguió de cerca sus pasos en las inferiores del club xeneize.
Con el paso del tiempo, Tévez se fue consolidando en la institución, por lo que un nuevo reto en su carrera apareció en 2005, cuando el Corinthians de Brasil se hizo con su carta.
Eso representó un golpe económico para el delantero, puesto que su sueldo se había casi triplicado.
“El Apache” quiso retribuir un poco a su familia, por lo que tomó la decisión de comprarle una casa a cada uno de sus tíos, con la intención de sacarlos del barrio peligroso en donde creció, una anécdota que todavía recuerda con sentimiento.
“Mi primer gran salario fue cuando pasé de Boca a Corinthians. Compré 10 casas y saqué a todos mis tíos y tías del barrio. Eso fue lo que hice con el dinero. Fue muy emocionante porque encima yo mandé a mi padre, que es maestro mayor de obras, a comprar y a pintar. Le pedí que dejara bien arreglado todo.
“Hicimos un asado en casa y a cada uno le entregué su llave, sin que supieran nada. Los sorprendí. La verdad es que fue un momento muy lindo”.
— Carlos Tévez, delantero argentino