Luego de que la proyecciones del PIB para el año pasado apuntaban a un -0,2%, ayer el Banco Central (BC) entregó la información oficial tras recopilar todos los datos.
Y la cifra fue de un 0,2%, de acuerdo al informe de “Cuentas Nacionales de Chile: Evolución de la actividad económica cuarto trimestre 2023″.
Tal guarismo motivó contundentes frases del ministro de Hacienda, Mario Marcel.
“Esta es una cifra positiva que indica la situación efectiva de la economía chilena, no las percepciones... En 2023 no existió recesión. No hubo ni dos trimestres seguidos con variación negativa ni hubo variación negativa en el año”.
“Hubo muchas editoriales, muchas columnas y muchos artículos que hablaron de recesión (en 2023), pero ahora podemos constatar que no existió”, señaló Mario Marcel.
Y añadió que “las perspectivas de crecimiento para 2024 claramente son positivas. Esto lleva a revisar muchas de las proyecciones que se han hecho sobre el crecimiento para este año de 1,7/% a 1,8%. Ya debe pasarse a cifras superiores al 2%”.
Mario Marcel hasta se dio tiempo para replicar a un colega -Klaus Schmidt-Hebbel, de la Universidad del Desarrollo-, quien hace poco en un seminario proyectó que el país no había esquivado la recesión.
“La economía ha recuperado el punto más alto que tenía en los últimos años, pero con una gran diferencia: en 2021 había desequilibrios macroeconómicos de enorme envergadura que pusieron presión a la inflación y generaron un gran desequilibrio en la balanza de pagos”.
“Hoy tenemos un nivel de actividad similar, pero con una inflación controlada y con una cuenta corriente de balanza de pagos que ha vuelto a su promedio histórico... Esto es interesante, porque hay un economista de apellido compuesto (Klaus Schmidt-Hebbel) que la semana pasada dijo que esto iba a ocurrir en 2026, y resulta que en realidad ocurrió en enero de este año”, expresó irónicamente el secretario de Estado.
MIRADAS ACADÉMICAS
Pero tres expertos en economía que se dedican a enseñarla en la educación superior matizaron las palabras del ministro de Hacienda.
Alejandro Weber, decano de la Facultad de Economía y Gobierno de la Universidad San Sebastián, precisó que “2023 fue un año perdido, y que se haya corregido moderadamente al alza con un 0,2% es en la práctica irrelevante, pues el PIB per cápita se contrajo durante 2023. Casi la misma cantidad de recursos se tuvo que repartir entre más personas, o sea, la población creció más que nuestra economía”.
“Un 0,2% alcanza para nada y es sólo un tecnicismo decir que el país se salvó de la recesión, pues tanto el consumo como la inversión, fundamentales en una economía, cayeron fuertemente: un 5,2% y un 5,3%, respectivamente. La tasa de desempleo es altísima, con más de 850 mil personas desocupadas y cerca de 400 mil que perdieron la esperanza de encontrar un empleo”.
Según Claudio Cáceres, del Observatorio Económico de la Universidad Bolivariana, “se nos ha alertado en varias ocasiones sobre el deterioro de las cuentas fiscales en 2023 y que las perspectivas para los próximos años son muy ajustadas en términos de holguras”.
“El BC ha realizado el ajuste para mantener el control de la inflación, pero sin una política fiscal que siga la misma línea, una de responsabilidad fiscal, se hace más largo el camino para volver a ajustar la economía”.
Y Víctor Salas, académico de la Facultad de Administración y Economía de la Usach, señaló que “el ajuste del cálculo es el resultado de la recopilación de datos más completos, y da indicios además de lo que podría seguir ocurriendo en 2024″.
“Pero cayeron la demanda de los hogares y la actividad productiva. Lo informado por el BC quiere decir que no es que hemos retomado el dinamismo económico, lamentablemente. Esa será la tarea de la política macroeconómica para este año: crecer mientras mantenemos controlados los precios”.