No existe una píldora mágica que nos permita vivir más tiempo. Sin embargo, según los expertos, el camino hacia una larga vida está al alcance de nuestra mano. Se espera que las nuevas terapias y los ajustes en el estilo de vida, específicamente los dirigidos a las necesidades individuales y a las vulnerabilidades de la salud, aumenten significativamente nuestro tiempo en este planeta.

Garri Zmudze, coordinador ejecutivo de la Fundación para la Ciencia de la Longevidad, cree que más allá de la investigación médica, hay dos áreas en las que la ciencia de la longevidad debe centrarse para tener éxito.

“La primera es la financiación. Tanto los investigadores como las empresas de longevidad en fase inicial requieren una financiación que puede ser difícil de conseguir debido a la falta de oportunidades y a la falta de voluntad de las fuentes de financiación tradicionales, como el capital riesgo”, dijo.

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Zmudze añadió: “La otra es la reputación. Hay muchas ideas erróneas de que la ciencia de la longevidad es una pseudociencia, con titulares engañosos sobre superalimentos y dietas que prometen añadir años a la vida. El público tiene que entender que la longevidad es un sector muy respetado y respaldado por los mejores investigadores y médicos, y que estamos muy cerca de que los tratamientos contra el envejecimiento lleguen a la mayoría”.

De hecho, hay varios avances científicos apasionantes que caracterizan la investigación actual sobre la longevidad. Uno de ellos son los relojes de envejecimiento. Se trata de herramientas que los individuos y los investigadores pueden utilizar para medir su edad biológica. Se trata de aplicaciones, programas informáticos y otros dispositivos diseñados para realizar un seguimiento de esta métrica basado en la biorretroalimentación y otros factores adicionales.

“Si la vida media se alarga, la edad media de jubilación también aumentará. Los empresarios tendrán que apoyar a estos trabajadores y establecer programas que ayuden a salvar las diferencias generacionales. También será importante que las comunidades cuenten con programas de bienestar para las personas mayores que les ayuden a sentirse realizadas en sus años añadidos”

—  Garri Zmudze, coordinador ejecutivo de la Fundación Científica para la Longevidad.

A medida que los científicos alcanzan un mayor conocimiento del ADN y la genómica, también comprenden cómo difieren las necesidades médicas de las personas y pueden desarrollar tratamientos específicamente adaptados a su ADN, su química corporal y sus condiciones de salud. Esto está cambiando la forma en que los médicos diagnostican las enfermedades y prescriben tratamientos para las dolencias relacionadas con el envejecimiento.

Pero no hay que olvidar los fundamentos de la vida sana que pueden beneficiar a la mayoría de los sectores de la población.

“El movimiento, la alimentación equilibrada y el sueño adecuado pueden proporcionar una base sólida para una vida activa y satisfactoria”, afirma Garri Zmudze. “Además, una de las mejores maneras de que las personas aumenten su tiempo en el planeta es entender y aprender más sobre el creciente campo de la ciencia de la longevidad. Existen recursos como podcasts, libros y videos sobre el trabajo que se está realizando en este ámbito que ofrecen sugerencias significativas para vivir más tiempo y de forma más saludable”.

Y concluyó: “Espero que en los próximos 5-10 años se produzcan avances significativos en los tratamientos de la longevidad que puedan añadir años a la vida; mantenerse informado situará a las personas en la vanguardia de esta curva”.

“Tenemos que reconocer el potencial que puede suponer vivir una vida más comprometida y desechar las nociones que se han mantenido durante mucho tiempo de que ser viejo es inevitablemente ser frágil y dependiente”

—  Andrew J. Scott, experto en longevidad y envejecimiento de la sociedad, autor de los bestsellers “The 100 Year Life” y “The New Long Life”

Si / No

¿Será posible vivir más de 120 años sólo con suplementos y ajustes en el estilo de vida?

Si

“Sí, creo que para aquellos que sigan todas las recomendaciones correctas vivir más allá de los 120 años será difícil pero posible. Éstas incluirán una “dieta de longevidad” (vegana + pescado), alimentación restringida durante 12 horas al día, 2-3 ciclos anuales de una dieta que imite el ayuno de 5 días y 150 minutos de ejercicio a la semana”.

Dr. Valter Longo, profesor de gerontología y ciencias biológicas y director del Instituto de Longevidad de la Universidad del Sur de California, EE.UU.

No

“Sólo una persona que conozcamos ha vivido más allá de los 120 años, así que los suplementos y los retoques en el estilo de vida no te llevarán hasta allí”. Para mejorar drásticamente la esperanza de vida y la longevidad habrá que hacer grandes avances en la comprensión de la biología del envejecimiento y en la aplicación de terapias que nos ayuden. Se trata de una perspectiva emocionante y desalentadora, pero lo más importante es que la mayoría de los jóvenes de los países ricos pueden esperar vivir hasta los 90 años. Sea cual sea su edad, tiene más años por delante que cualquier otra generación anterior, por lo que debe invertir en ese futuro adoptando ahora medidas que maximicen sus posibilidades de estar sano, activo y comprometido en su vida posterior”.

Andrew J Scott, experto en longevidad y envejecimiento de la sociedad, autor de los bestsellers “The 100 Year Life” y “The New Long Life”.

CIFRA

122

años y 164 días vivió la francesa Jeanne Calment (1875-1997). Es la vida humana más larga documentada y verificada.

ENTREVISTA

Andrew J Scott, experto en longevidad y envejecimiento de la sociedad, autor de los bestsellers “The 100 Year Life” y “The New Long Life”.

En su opinión, ¿retrasar el envejecimiento es algo positivo?

—Sí. Hacemos una extraña distinción entre estar enfermo y envejecer. Ser viejo per se no es un problema. Sufrir enfermedades relacionadas con la edad, como la demencia, la artritis, el cáncer, las enfermedades cardíacas, etc., sí lo es. Todos queremos estar sanos y deberíamos querer ser viejos y sanos.

¿Y los efectos secundarios de la longevidad? Por ejemplo, la transformación forzosa de la seguridad social, el impacto en la economía global y otros aspectos de nuestra vida...

— El problema no es vivir más tiempo, sino no adaptarse a vivir más tiempo. Tenemos que desarrollar un nuevo marco para el curso de la vida que nos ayude a vivir más tiempo y de forma más productiva. Tenemos que pasar de las tres etapas de la vida que se establecieron en el siglo XX: educación, trabajo y jubilación, a una etapa múltiple que pueda soportar una vida de 100 años. Eso significa repensar la educación, las finanzas, las carreras y muchas otras cosas. Ese proceso ya está en marcha. En el siglo XX, inventamos a los adolescentes y a los jubilados. En el siglo XXI, estamos inventando nuevas etapas de la vida a medida que la gente se casa y tiene hijos más tarde, trabaja más tarde, se comporta de forma diferente en la jubilación y hace cambios en la mitad de la carrera profesional.

¿Cómo podría afectar la longevidad a nuestro planeta?

—Una vida más larga supondrá una diferencia relativamente pequeña en la población mundial, sobre todo teniendo en cuenta las tendencias de disminución de la fertilidad. El problema del medio ambiente no es el número de personas, sino un estilo de vida insostenible. Tenemos que hacer que la vida sea sostenible, tanto si la población mundial es de 1.000 millones como de 10.000 millones. Esperemos que una vida más larga haga que la gente adopte perspectivas a más largo plazo.

¿Qué se puede esperar del futuro?

— La esperanza de vida seguirá aumentando, pero se centrará en la esperanza de vida saludable. Dado que los jóvenes pueden esperar llegar a ser viejos, el mayor reto sanitario es ahora envejecer bien. Eso significa que hay que destinar cada vez más recursos a garantizar que las vidas más largas sean vidas buenas. A medida que se avanza, tanto social como biológicamente, la demanda será de vidas cada vez más largas. La rapidez y la duración de la vida dependerán de nuestra capacidad para manipular la biología humana. Sin embargo, lo que se necesita urgentemente es un cambio en la forma en que vemos el envejecimiento y la vejez, dada la esperanza de vida que ya podemos esperar. Tenemos que reconocer que el envejecimiento es maleable y tenemos que actuar ahora para asegurarnos de envejecer bien.